Te
enseñé a soñar conmigo, te llevé a mis altares y te mostré mis noches, te
entregué mis deseos y desvestiste mi alma, te mostré la miel que en mi piel se aloja,
te di mi camino y mis huellas para que
me siguieras, te entregué mis encantos y la belleza que me viste, te llevé a mi
cielo, te enseñe mi morada. Te dije aquí están mis labios, te regalé con ellos
palabras bonitas y la dulzura que mi corazón guarda, te mostré mis manos y el
mundo de caricias que de ellas se desprenden por encanto. Te deje ver las
ventanas de mi ser y eran esos mis ojos los que bonito tú espíritu miraban, te arrope
con mi cariño y te di un lugar para que permanecieras conmigo en mi paraíso. Te
entregue la seducción de mí pasión me uní a ti entregandoté mi corazón; Cuándo busque en ti todo lo hermoso
que te di:
Solo pude descubrir que quien te hacía feliz era yo a ti.
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