Como en una batalla campal tu cuerpo y el mío se estremecen, se dedican el tiempo entrelazados en la arena inerte.
Como dos gotas de agua mezcladas se deslizan en los linderos de nuestras pieles, se tocan sus fronteras para morir lentamente.
Tu cuerpo y el mío en un suave ungüento se broncean, el sol es la magia de las caricias primeras.
El tacto guerrero de nuestras pieles flaquea, se ofrecen suculentamente en los altares de la odisea.
La sensación corpórea de nuestros cuerpos le hace honor al corazón, se sienten, se miman dentro de los lenguajes del amor.
Que no diera vida mía por poseerte incesantemente, por desvestirte y contemplarte un millón mil veces.
Que no diera vida mía por que me poseyeras mil horas, para refugiarme en tu desnudo y fatigarme en tu hoguera.
Tu cuerpo y el mío solo saben agonizar en el desenfreno de este amor que nos pide más. Tu cuerpo y el mío si se saben deleitar, de las delicias de nuestra piel que al unisonó nos hace amar.
Prohibida la reproducción parcial o total del contenido inedito, sin autorizacion previa o expresa a su titular. Ley 599 de 2000 (Derechos de autor) Congreso de Colombia.
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