En el acantilado de la vida me hallaba cuando tu sonrisa ilumino mis días, tu sombra se posó sobre mis sueños alegrándome la vida. Me rescataste del mundo perdido, cuando la luz de mi invierno era tenue, tus ojos de ángel eran el sol e iluminaron mi triste corazón. El cielo te envió como mensajero de ilusión; mis días brillaron, me enjugaste con tu amor y recupere las fuerzas de mi espíritu. Recibí de ti los auxilios de tu ternura, me perdí en tus brazos y resucité en tu abrigo. Exhale sintiendo el aroma de tu perfume, desperté bajo tus alas en el jardín mas bello y florido. Me ofreces de tu amor las primicias de la eterna primavera, tu calor es la dulzura del cielo con la que tus brazos me rodean. En tu maravilloso regazo, ángel de mis sueños despertaré bajo tus encantos. Volaremos hacia tu mundo de amor y me quedare en el eternamente suspirando.
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