miércoles, 29 de agosto de 2012

Tus alas me dejaste



La noche  que te conocí, trajo la luz de una estrella fugaz, aquella luminosidad hermosa que tarde o temprano se enciende para terminar. Te anclaste a mi puerto esperando que los días te dejaran algo, te di la morada de mi compañía y el abrigo de algunos de mis días, disfrutaste los sabores de mi pasión; pero conquistarme no quiso tu corazón, fue cuando descubrí que eras vana ilusión. Te mostré las delicias del placer, te enseñe con ganas lo que sabia hacer, te di lo valioso de mi tiempo y soñar conmigo aprendiste me quedaste debiendo lo que no supiste dar; tarde o temprano sabia que eso podía pasar. Los excesos  de nuestras noches seguramente dejaran huellas de mí en tu memoria, habrás de entender que como yo pocas y te lo gritará el recuerdo. En tu debilidad resbalé y no me arrepiento por que  también te supe disfrutar. Como un rio que se desborda te entregue los secretos de mi piel, distraído te quedaste y grande te quedo esta mujer. Llegaste con el vuelo de las aves y en tu propio viento naufragaste, te fuiste olvidando que tus alas me dejaste.

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